martes, 9 de abril de 2013

El gran teatro del mundo: Barroco intercultural

1. El mundo en perspectiva global


Los siglos de oro son una época de expansión imperialista, cargada de injusticias y causante de genocidios. Pero también dieron ocasiones al encuentro con otras culturas. Los sueños acerca de pueblos desconocidos y tierras nuevas eran utopías: mundos nuevos.



William Shakespeare, La Tempestad

Podemos rastrear testimonios del mundo-otro, otras culturas conocidas de forma directa o indirecta:

- Cabeza de Vaca, Naufragios (1542)
- Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, Cautiverio feliz, y razón de las guerras dilatadas de Chile (1673. Véase Cristián Sánchez, El cautiverio feliz (1998), adaptación de la crónica homónima de Francisco Núñez, disponible en arcoiris.tv. Un soldado español preso por los mapuches o araucanos en el s. XVII hace un elogio de su cultura y del modo en que lo trataron
http://vodpod.com/watch/443327-cautiverio-feliz




“Volviendo a mi asunto, creo que nada hay de bárbaro ni de salvaje en esas naciones, según lo que se me ha referido; lo que ocurre es que cada cual llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres. Como no tenemos otro punto de mira para distinguir la verdad y la razón que el ejemplo e idea de las opiniones y usos de país en que vivimos, a nuestro dictamen en él tienen su asiento la perfecta religión, el gobierno más cumplido, el más irreprochable uso de todas las cosas. Así son salvajes esos pueblos como los frutos a que aplicamos igual nombre por germinar y desarrollarse espontáneamente; en verdad creo yo que mas bien debiéramos nombrar así a los que por medio de nuestro artificio hemos modificado y apartado del orden a que pertenecían; en los primeros se guardan vigorosas y vivas las propiedades y virtudes naturales, que son las verdaderas y útiles, las cuales hemos bastardeado en los segundos para acomodarlos al placer de nuestro gusto corrompido; y sin embargo, el sabor mismo y la delicadeza se avienen con nuestro paladar, que encuentra excelentes, en comparación con los nuestros, diversos frutos de aquellas regiones que se desarrollan sin cultivo. El arte no vence a la madre naturaleza, grande y poderosa. Tanto hemos recargado la belleza y riqueza de sus obras con nuestras invenciones, que la hemos ahogado; así es que por todas partes donde su belleza resplandece, la naturaleza deshonra nuestras invenciones frívolas y vanas”
Montaigne, “De los caníbales”, Ensayos, cap. XXX.

2. El mundo como teatro

¿Cuál es la relevancia del teatro en esa época: el Barroco? ¿Por qué fue mayor que en otras?
El teatro del Barroco es concebido como espectáculo que integra todas las artes y reúne a todas las clases sociales. Está unido al ritual religioso como su vertiente profana, entre la manifestación religiosa de los autos sacramentales y la profanidad de la fiesta cortesana o del carnaval.
Ahora bien, si las demás artes (música, artes plásticas, poesía) dependen en gran medida del mecenazgo y los intereses propagandísticos de la monarquía, la alta aristocracia y el alto clero, sin embargo, por su parte, el teatro se financiaba, en mayor o menor grado, durante periodos breves (Inglaterra, Francia) o más amplios (Italia, España), a través de una industria específica, un mercado y un público. En tal medida, era el arte donde la libertad de expresión de los creadores llegaba a ser más amplia, a pesar de los condicionantes que imponía el mercado. No es casual que las obras teatrales que mejor han resistido el paso del tiempo, hasta convertirse en clásicos-modernos, sean el resultado de una comunicación intensa y constante entre autores y público o “públicos” (femenino, ciudadano, cortesano). Aun así, no es posible explicar por ese sólo condicionante el “secreto” o el misterio de las grandes obras.

“¡Oh dios inmortal! ¡Qué teatro éste! ¡Qué variedad en ese baturrillo de necios! Dígolo porque sabed que yo también suelo sentarme alguna vez que otra en el divino cenáculo de los dioses poéticos [...]”
Erasmo, Elogio de la locura, XLVIII. Véase la cita completa en la Unidad 8, Sesión 6.

GRATIANO
You look not well, Signior Antonio;
You have too much respect upon the world:
They lose it that do buy it with much care:
Believe me, you are marvellously changed.
ANTONIO
I hold the world but as the world, Gratiano;
A stage where every man must play a part,
And mine a sad one.
GRATIANO
Let me play the fool:
With mirth and laughter let old wrinkles come,
And let my liver rather heat with wine
Than my heart cool with mortifying groans.
GRACIANO.- No poseéis buen semblante, signior Antonio; tenéis demasiados miramientos con la opinión del mundo; están perdidos aquellos que la adquieren a costa de excesivas preocupaciones.
Creedme, os halláis extraordinariamente cambiado.
ANTONIO.- No tengo al mundo más que por lo que es, Graciano: un teatro donde cada cual debe representar su papel, y el mío es bien triste.
GRACIANO.- Represente yo el de bufón. Que las arrugas de la vejez vengan en compañía del júbilo y de la risa; y que mi hígado se caliente con vino antes que mortificantes suspiros enfríen mi corazón.
Fuente: http://shakespeare.mit.edu
Shakespeare, El mercader de Venecia, Acto I, Escena 1

PROSPERO:
Our revels now are ended. These our actors,
As I foretold you, were all spirits and
Are melted into air, into thin air:
And, like the baseless fabric of this vision,
The cloud-capp'd towers, the gorgeous palaces,
The solemn temples, the great globe itself,
Ye all which it inherit, shall dissolve
And, like this insubstantial pageant faded,
Leave not a rack behind. We are such stuff
As dreams are made on, and our little life
Is rounded with a sleep.

PRÓSPERO:
Nuestra fiesta ha terminado. Los actores,
como ya te dije, eran espíritus
y se han disuelto en aire, en aire leve,
y, cual la obra sin cimientos de esta fantasía,
las torres con sus nubes, los regios palacios,
los templos solemnes, el inmenso mundo
y cuantos lo hereden, todo se disipará
e, igual que se ha esfumado mi etérea función,
no quedará ni polvo. Somos de la misma
sustancia que los sueños, y nuestra breve vida
culmina en un dormir.
Fuente: http://shakespeare.mit.edu/tempest/tempest.4.1.html
Shakespeare, The Tempest, Acto IV, escena 1


—Nunca los cetros y coronas de los emperadores farsantes [5] —respondió Sancho Panza— fueron de oro puro, sino de oropel o hoja de lata.
—Así es verdad —replicó don Quijote—, porque no fuera acertado que los atavíos de la comedia fueran finos, sino fingidos y aparentes, como lo es la mesma comedia, con la cual quiero, Sancho, que estés bien, teniéndola en tu gracia [6], y por el mismo consiguiente a los que las representan y a los que las componen [7], porque todos son instrumentos de hacer un gran bien a la república, poniéndonos un espejo a cada paso [*] delante, donde se veen al vivo las acciones de la vida humana [8], y ninguna comparación hay que más al vivo nos represente lo que somos y lo que habemos de ser como la comedia y los comediantes; si no, dime: ¿no has visto tú representar alguna comedia adonde se introducen reyes, emperadores y pontífices, caballeros, damas y otros diversos personajes? Uno hace el rufián, otro el embustero, este el mercader, aquel el soldado, otro el simple discreto [9], otro el enamorado simple; y acabada la comedia y desnudándose [*] de los vestidos della, quedan todos los recitantes iguales.
—Sí he visto —respondió Sancho.
—Pues lo mesmo —dijo don Quijote— acontece en la comedia y trato deste mundo, donde unos hacen los emperadores, otros los pontífices, y finalmente todas cuantas figuras se pueden introducir en una comedia; pero en llegando al fin, que es cuando se acaba la vida, a todos les quita la muerte las ropas que los diferenciaban, y quedan iguales en la sepultura [10].
—Brava comparación —dijo Sancho—, aunque no tan nueva, que yo no la haya oído muchas y diversas veces, como aquella del juego del ajedrez, que mientras dura el juego cada pieza tiene su particular oficio, y en acabándose el juego todas se mezclan, juntan y barajan [11], y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura.
—Cada día, Sancho —dijo don Quijote—, te vas haciendo menos simple y más discreto.
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, cap. XII

Una fiesta hacer quiero
a mi mismo poder, si considero 40
que solo a ostentación de mi grandeza
fiestas hará la gran naturaleza;
y como siempre ha sido
lo que más ha alegrado y divertido
la representación bien aplaudida, 45
y es representación la humana vida,
una comedia sea
la que hoy el cielo en tu teatro vea.
Si soy Autor y si la fiesta es mía,
por fuerza la ha de hacer mi compañía. 50
Y pues que yo escogí de los primeros
los hombres, y ellos son mis compañeros,
ellos, en el Teatro
del mundo, que contiene partes cuatro,
con estilo oportuno 55
han de representar. Yo a cada uno
el papel le daré que le convenga,
y porque en fiesta igual su parte tenga
el hermoso aparato
de apariencias, de trajes el ornato, 60
hoy prevenido quiero
que, alegre, liberal y lisonjero,
fabriques apariencias
que de dudas se pasen a evidencias.
Seremos, yo el Autor, en un instante, 65
tú el teatro, y el hombre el recitante.
Calderón de la Barca, El gran teatro del mundo
(“Autor” en el sentido del s. XVII: productor de obras teatrales que sostiene una compañía)


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