Si
yo fuera poeta y visitara Sevilla caminaría por las calles de
poetas como Garcilaso de la Vega, Fernando de Herrera y Jorge de
Montemayor.
Empezaría
por la Calle Ingeniero la Cierva, cerca de esta calle se encuentra la
calle Fray Luis de León, del cual recuerdo un poema:
Al
salir de la cárcel
Aquí
la envidia y la mentira
me
tuvieron encerrado.
Dichoso
el humilde estado
el
sabio que se retira
de
aqueste mundo malvado,
y
con pobre mesa y casa
en
el campo deleitoso
con
solo dios se compasa,
y
a solas su vida pasa,
ni
envidiado, ni envidioso.
También
se encuentran las de Fernando de Rojas y Luis Vives. Aquí os pongo
un fragmento de la obra más conocida de este autor:
Veritas
fucata
La
verdad tiene a su vez una lengua más elocuente. Cuando habla, todo
lo demás permanece en silencio, ya que sus palabras son las palabras
de la vida eterna. Nada más eloquente, nada más fluido, nada más
dulce, más melodioso, nada. Aquella lengua es la pluma del veloz
escriba del que antes hablaba. Su voz es clara, gentil, sonora,
sublime, dulce al oído, nada hay en ella de horrible, de rudo, de
triste; enseña a todo el mundo lo que debe hacer; y mueve el mundo
su sonido y los cielos y los elementos responden, y las bestias más
feroces son dóciles y permanecen quietas. La han llamado los pies
del tiempo, porque cuando no es requerida viene a nosotros a tiempo.
En sus pies tiene inscrito un pasaje de Cicerón: “El tiempo
destruye las patrañas de la opinión.” También es de hermosísima
espalda, pero no puede compararse a su rostro y a su pecho. Dícese
que proviene de la boca del Altísimo, nacida antes que cualquier
criatura.

En
el cruce de las calles Federico Mayo Garraye y Ronda del Tamarguillo
hay que pasear por la avenida San Juan de la Cruz y recordar su
"Cántico espiritual":
¿Adónde
te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo
huiste
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.
Y
por las calles de Santa Teresa de Jesús (religiosa
de la Iglesia Católica, mística y escritora española. Mi obra
preferida de esta escritora es "Camino de perfección") y
por la de Antonio de Nebrija.
La
calle Juan de la Cueva está un poco lejos, pero merece la pena
el esfuerzo para interpretar con un buen amigo su Égloga 1ª entre
Alción y Caustino:
CAU.
No
me digas tal cosa,
que tu alma también es amorosa.
ALC.
¿Por
qué razón lo entiendes?
CAU.
Porque conosco el fuego en
que t'enciendes.
ALC.
Negarte que no estoy de Amor
llagado,
que no abrasa el Amor el pecho mío,
sería negarte la
verdad provada:
como si te afirmasse qu'este río
es monte, i
esta haya es mi ganado,
i esta luz que da el Sol es emprestada;
i
assí es cosa escusada
encubrir lo que al fin d'estar cubierto
el
tiempo que lo encubre
él mesmo lo descubre,
mas el procurar
cierto
quiénes la que yo amo, es desconcierto,
porque fiero
castigo
el Cielo me promete si lo digo.
CAU.
Sin duda es
la gran Iuno tu querida,
según la encubres dentro en tu
conceto,
i es justo assí guardalle sus amores,
que uno por no
amalla con secreto
fue su voluntad loca conocida
i por premio
sacó eternos dolores.
Pues mira los ardores
de la hermosa
Venus i el dios Marte
que aun de sí los guardavan,
mas después
suspiravan
aquella sutil arte
con que su amor se supo en toda
parte,
porqu'el umilde suelo
prometió no encubrille nada al
Cielo.
ALC.
No quiero a Venus ni es mi amor con Iuno,
ni
contiendo con dioses celestiales,
Caustino, ni procuro lo
impossible;
ni dezafío dioses imortales,
ni quiero dellos
infamar ninguno,
ni quiero ser a Iove aborrecible;
ni tengas
por terrible
tener secreta aquella a quien adoro,
porque sería
más vicio
dezir que la codicio
sin guardar el decoro
de
aquella que merece el alto coro,
i no a un ganadero
que cuando
más alcança es ser cabrero.
CAU.
Si en aqueste lugar
secreto i solo
te dixesse quién es, ¿qué me dirías
si
descubriesse todo tu desseo?
Para
ver la calle de Garcilaso de la vega hay que caminar un poco más que
antes... del primer poeta del renacimiento español recuerdo la
Epístola a Boscán:
A
largo y suelto a su placer la rienda,
mucho
más que al caballo,al pensamiento,
y
llévame a las veces por camino
tan
dulce y agradable que me hace
olvidar
el trabajo del pasado.
En
media hora, viajando en coche, llegamos a la calle Fernando de
Herrera en Dos Hermanas. Este es uno de mis poetas favoritos, de sus
obras destaca:
AMOR, QUE ME VIO LIBRE Y NO OFENDIDO
Amor,
que me vio libre y no ofendido,
torció, de mil despojos ricos
llena,
en lazos de oro y perlas la cadena,
y en nieve
escondió y púrpura, atrevido.
Con la flor de las luces yo
perdido,
llegué y apresuré mi eterna pena;
tiembla el pecho
fiel y me condena;
huyo, doy en la red, caigo rendido.
La
culpa de mis daños no merezco,
que fue el nudo hermoso, y de mi
grado
no una vez le entregara la victoria.
Cuanto sufro
en mis cuitas y padezco
hallo en bien de mis yerros engañado
y
del engaño salgo a mayor gloria.
Y
con este poema, yo me despido y os animo, a pasear por las calles de
Sevilla, para que los poetas nombrados, no caigan en el olvido...
Grupo de Marina, Miriam, Violeta y yo.