Asoman los codos por los desgarrones, se alinean los piojos en las costuras; barbas de agonizante bajo los sombreros pringosos. Abruma la suciedad. Yo me lavo por las mañanas con el café del desayuno. Los jefes nos dicen que todo esto no tiene importancia. Sobrellevarlo alegremente es demostrar espíritu militar; tener el terreno que ocupa el batallón más limpio que el de la batería de al lado, demuestra espíritu de cuerpo. El veterano refunfuña entre los sacos terreros. Hace tiempo que renunció a explicarse las cosas de la «mili». «Lo mejor es hacerse el loco.» Después se queda mirando la larga sombra de las estacas de la alambrada.
[…]
-¡De frente, en columna de viaje!...
Hacia la izquierda, el cielo tiene unas estrías horizontales color de rosa. Va a amanecer. Se han establecido los servicios de protección: vanguardia, flancos. La retaguardia se formará cuando acabemos de salir. Circula una orden: «Cuidado con los incendios». Pero es inútil. Acaba de amanecer, los soldados fuman y algunos tiran cerillas encendidas a los lados del camino. Casi todas se apagan antes de llegar al suelo; pero basta que quede una sola ardiendo para que se incendie toda la mata baja en un sector de muchos kilómetros.
Ramón J. Sénder, Imán (1930).
“Al cumplir los 21 años (1922) [Sénder] tuvo que ingresar en el ejército, donde pasó de soldado a cabo, de cabo a sargento, de sargento a suboficial y de suboficial a alférez de complemento en la Guerra de Marruecos entre 1922 y 1924. Al regresar de Marruecos libre ya del servicio militar, ingresó en la redacción del prestigioso diario El Sol como redactor y corrector desde 1924 a 1930. En estas fechas era ya un periodista muy cotizado y de sus novelas, especialmente Imán, basada en la guerra de Marruecos, y traducida a varias lenguas, se hacían grandes tiradas. Colaboró además en los periódicos libertarios Solidaridad Obrera (de la Confederación Nacional del Trabajo) y La Libertad y seguía militando en el anarquismo, de forma que fue a parar a la Cárcel Modelo de Madrid en 1927 a los 26 años por sus actividades contra el general Primo de Rivera”.
El oficio del lenguaje en el periodismo: puntuación y entonación
El uso de los signos de puntuación por los mejores periodistas, de Gabriel García Márquez a Rosa Montero, es magistral. Son maestros/as en la organización del texto con un subtexto dramático: la entonación. Se hace muy patente por el modo en que diseñan las citas de las voces ajenas y los matices del narrador acerca de lo citado.
Por eso he elegido este texto como ejemplo para comprender la función de los dos puntos, el punto y coma, las comillas, el guion de cita.
La mili en una guerra
Pero también porque nos devuelve la memoria de una guerra padecida como recluta en plena juventud, mucho antes que estallara la Guerra Civil. La última empresa colonial de España fue un rotundo fracaso y puso las bases de la contienda civil posterior. En vez de enviar a los hijos de jornaleros y obreros a las trincheras, era necesario cambiar la estructura económica del país y poner el estado al servicio de la gran mayoría del pueblo. En favor de la vida, sin utilizar la guerra para desangrar y someter a los pobres.
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