martes, 14 de mayo de 2013

Literatura del siglo XVIII


Época de transición entre el mundo barroco y la sociedad liberal del siglo XIX.

Periodos:
Posbarroquismo: durante la 1º mitad del siglo conviven autores que insisten en la estética del barroco con otros que, influidos por las ideas que llegan de Francia, se oponen a él.
Neoclasicismo: a partir de la mitad del siglo se aceptan las normas neoclásicas (conformes a la razón y las reglas).
Prerromanticismo: a finales de siglo aparece un estilo en el que los sentimientos superan los limites de la razón.

La literatura neoclásica fue un instrumento de los ilustradores para transmitir el nuevo idealismo.

La poesía neoclásica respondió a las normas literarias neoclásicas. Sus rasgos son:
- Se impone la razón y se rechazan la expresión de los sentimientos.
- Se busca el buen gusto, entendido como el sentido común y la ausencia de exceso.
- La poesía debe servir a un fin totalmente didáctico.

En la prosa neoclásica se cultivó fundamentalmente el género del ensayo, que fue el mejor medio para la difusión del nuevo idealismo y para los propósitos didácticos que buscaban los ilustrados. Los ensayos son textos en los que se tratan distintos temas reales -políticos, económicos, culturales, sociales, etc.- desde un punto de vista personal.

Autores destacados:

Benito Jerónimo Feijoo
Considerado el primer ilustrado español.
Cartas eruditas y curiosas
Carta primera
Cuestión Quinta
9. ¿Por qué, si a una vela que acaban de apagar, y está aún humeando, acercan otra encendida sin que toque en su pabilo, la enciende? Respondo: porque las partículas inflamables de la vela recién apagada, aun padecen muy considerable agitación; con que para adquirir toda aquella agitación que constituye la llama, no necesita sino algunos grados más, los que le puede comunicar la vela encendida, acercándose bastantemente, mas sin llegar al contacto.

José Cadalso
Poeta.

" He logrado quedarme en España después del regreso de nuestro embajador, como lo deseaba muchos días ha, y te lo escribí varias veces durante su mansión en Madrid. Mi ánimo era viajar con utilidad, y este objeto no puede siempre lograrse en la comitiva de los grandes señores, particularmente asiáticos y africanos. Éstos no ven, digámoslo así, sino la superficie de la tierra por donde pasan; su fausto, los ningunos antecedentes por dónde indagar las cosas dignas de conocerse, el número de sus criados, la ignorancia de las lenguas, lo sospechosos que deben ser en los países por donde transiten y otros motivos, les impiden muchos medios que se ofrecen al particular que viaja con menos nota. Me hallo vestido como estos cristianos, introducido en muchas de sus casas, poseyendo su idioma, y en amistad muy estrecha con un cristiano llamado Nuño Núñez, que es hombre que ha pasado por muchas vicisitudes de la suerte, carreras y métodos de vida. Se halla ahora separado del mundo, y, según su expresión, encarcelado dentro de sí mismo. En su compañía se me pasan con gusto las horas, porque procura instruirme en todo lo que me pregunto; y lo hace con tanta sinceridad, que algunas veces me dice: de esto no entiendo; y otras: de esto no quiero entender. Con estas proporciones hago ánimo de examinar no sólo la corte, sino todas las provincias de la península. "

1 comentario:

  1. ¿En qué se diferencian los tres grandes períodos de la Literatura del siglo XVIII ?

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