La expulsión de los moriscos tuvo lugar el 9 de abril de
1609, bajo el reinado del rey Felipe 3. Los moriscos eran musulmanes conversos (bautizados) por
la Pragmática de la conversión forzosa de los Reyes Católicos, que se
puso en vigor el 14 de febrero de 1502.
Tras la rebelión de las Alpujarras en 1568, protagonizada
por los moriscos granadinos menos aculturados, fue tomando cada vez
mayor peso la opinión de que esta minoría religiosa constituía un verdadero
problema de seguridad nacional. Esta opinión se veía reforzada por las
numerosas incursiones de piratas berberiscos, que asolaban continuamente
toda la costa levantina. Los moriscos empezaron a ser considerados unos
potenciales aliados de turcos y franceses.
Creció el temor de una posible colaboración entre la
población morisca y el imperio turco en contra de la España cristiana.
Además, servía de excusa el pensamiento crítico que hacía tiempo corría
por Europa sobre la discutible cristiandad de España por la permanencia de
algunas minorías religiosas. Con esta decisión se acababa el proceso de
convertir a toda la población española al cristianismo, que había comenzado con
la expulsión de los judíos. Aunque no era esta la opinión popular, que lo
que notaba era la disminución de mano de obra y de la producción.
La expulsión de un 4% de la población parece de poca
importancia, pero hay que considerar que la población morisca era una parte
importante de la clase trabajadora, pues no la constituían nobles, hidalgos, ni
soldados. Por tanto, esto supuso una reducción notable en la recaudación de
impuestos, y para las zonas más afectadas tuvo unos efectos despobladores
que duraron décadas y causaron un vacío importante en el artesanado, producción
de telas, comercio y trabajadores del campo.
Muchos campesinos cristianos, además, veían cómo las tierras
dejadas por la población morisca pasaban a manos de la nobleza, la cual
pretendía que el campesinado las explotase a cambio de unos alquileres y
condiciones abusivas para recuperar sus “pérdidas” a corto plazo.
Por otra parte, la expulsión convirtió a los campesinos
moriscos en aliados de los piratas berberiscos que asaltaron las costas
mediterráneas españolas durante cerca de un siglo.
Grabado de Vicente Carducho |
Fuente: Wikipedia.
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